Verano eterno, la ruta gastronómica del gazpacho

Descubre los tipos de gazpacho en España: tradición, sabor y cultura.

Redacción GeoGastronómica
30 de mayo de 2025
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Índice

En el corazón de la cultura gastronómica española late un plato humilde, sencillo y a la vez profundamente sofisticado: el gazpacho. Aunque para muchos sea sinónimo de una refrescante sopa de tomate en verano —es la forma de explicárselo a un inglés: “tomato soup”—, la realidad es que en España existen distintos tipos de gazpacho, cada uno con su propia historia, sabor y arraigo regional. Antes de sumergirnos en este universo culinario, exploramos cómo se transformó a lo largo de los siglos y cuáles son las versiones más tradicionales que podemos encontrar en distintas zonas de España.

El origen milenario del gazpacho: historia, antropología y cultura

Los orígenes del gazpacho se remontan a la época de Al-Ándalus, cuando las sopas frías comenzaron a tomar forma gracias a la mezcla de pan, ajo, aceite de oliva, vinagre y agua. Era un plato de campesinos y jornaleros, diseñado para soportar las inclemencias del clima andaluz y aprovechar los ingredientes más básicos de la despensa. Los historiadores gastronómicos coinciden en que el gazpacho es una de esas recetas que ilustran la evolución cultural y económica de un territorio: del alimento de subsistencia al icono de la cocina de autor.

A lo largo de los siglos, el gazpacho ha sido testigo de intercambios comerciales, de migraciones de sabor y de la llegada de nuevos ingredientes tras el descubrimiento de América. El tomate y el pimiento, originarios de América, transformaron radicalmente esta sopa fría, aportándole el vibrante color rojo que hoy asociamos de inmediato con la receta andaluza más famosa.

Sin embargo, el gazpacho no es un plato monolítico: existen múltiples interpretaciones y versiones regionales que, sin renunciar a su esencia, juegan con texturas, matices e incluso temperaturas. Lo que empezó como una comida sencilla de campesinos se ha convertido en un símbolo gastronómico que nos habla de paisajes, tradiciones y orgullo local.

Gazpacho andaluz, la joya veraniega del sur

Cuando pensamos en gazpacho, seguramente imaginamos la versión andaluza: una sopa fría, ligera y llena de color y frescor. En Sevilla, Córdoba o Cádiz, el gazpacho es sinónimo de verano, servido en tazas de barro o en cuencos de cristal. Lleva tomates maduros, pepino, pimiento verde, cebolla, ajo, pan del día anterior, aceite de oliva virgen extra, vinagre de Jerez y sal. Su textura suele ser líquida y suave, perfecta para refrescar el cuerpo y el espíritu durante los días de calor sofocante.

Curiosamente, los viejos agricultores andaluces preferían acompañarlo con un puñado de uvas o trozos de melón, añadiendo un toque dulce y jugoso que todavía hoy se recupera en restaurantes de autor.

Imagen de Verano eterno, la ruta gastronómica del gazpacho
Gazpacho andaluz.

Salmorejo: el primo cremoso de Córdoba

El salmorejo es, sin duda, uno de los orgullos culinarios de Córdoba. Aunque a menudo se le asocia con el gazpacho, en realidad es más denso, más cremoso y más contundente. Se elabora con tomates maduros, pan de telera cordobesa (un pan con mucha miga), aceite de oliva virgen extra, ajo y sal. Se sirve bien frío y se corona con huevo duro picado y taquitos de jamón ibérico. Su textura es más parecida a una crema que a una sopa, pero mantiene ese sabor intenso y ligeramente ácido que hace del salmorejo un placer irresistible.

Lo que más sorprende a quienes lo prueban por primera vez es su profundidad de sabor y cómo logra saciar sin resultar pesado.

A modo de curiosidad, no podemos dejar de mencionar el salmorrejo aragonés (con dos erres), una receta totalmente distinta que no lleva tomate, sino que se basa en un guiso  con huevos escalfados, con espárragos blancos y con la compañía de diferentes tipos de carnes como cerdo, lomo o longaniza. Por no hablar de la variedad de salmorejos (con una erre) existentes en el resto del país.  

Imagen de Verano eterno, la ruta gastronómica del gazpacho
Salmorejo cordobés.

Gazpacho manchego: una sorpresa caliente y otoñal

Al llegar a La Mancha, la palabra “gazpacho” adquiere otro significado. Aquí no hablamos de una sopa fría, sino de un plato caliente, perfecto para las noches frescas de la meseta. El gazpacho manchego es un guiso con carne de caza (conejo, liebre o perdiz) cocinado con pan ácimo troceado (las famosas “tortas cenceñas”), pimiento, tomate, ajo, laurel y hierbas aromáticas. El resultado es un plato que reconforta y evoca la vida rural y pastoril de esta región.

Se dice que el gazpacho manchego es una receta de trashumancia: los pastores la cocinaban con lo que tenían a mano, convirtiendo la dureza del entorno en un festín cálido y sabroso.

Gazpacho extremeño: frescor con un toque picante

En Extremadura, el gazpacho es tan refrescante como en Andalucía, pero suele incorporar más pimiento y ajo, con un toque ligeramente más picante. El gazpacho extremeño es también más espeso, ya que algunos hogares añaden más pan y optan por una textura más rústica. A menudo se aromatiza con comino o hierbas locales, recordándonos cómo cada zona adapta el gazpacho a su identidad y paisaje.

Gazpacho jerezano: la huella del vinagre de Jerez

El gazpacho que se disfruta en Jerez de la Frontera es, en esencia, el mismo gazpacho andaluz que encontramos en otras zonas de Andalucía, pero con una personalidad especial: el uso del vinagre de Jerez. Este vinagre, con su acidez elegante y profunda, aporta un toque distintivo al gazpacho local, resaltando los sabores de los tomates maduros y las hortalizas frescas.

Aunque a veces se escucha la idea de que el gazpacho se acompaña con un chorro de fino o manzanilla, en realidad la costumbre tradicional es diferente: en la mesa jerezana, el gazpacho suele servirse junto a una copa bien fría de fino o manzanilla como maridaje, pero no se añade directamente al plato. Esta combinación es un homenaje a la tierra vinícola que rodea Jerez y demuestra cómo el gazpacho y los vinos generosos dialogan en perfecta armonía.

Recetas tradicionales: cómo preparar cada gazpacho en casa

Para los que deseen viajar sin salir de la cocina, aquí compartimos las recetas más tradicionales, respetando los ingredientes y técnicas ancestrales. Todas están pensadas para 4 personas.

Receta del gazpacho andaluz

Ingredientes:

  • 1 kg de tomates maduros
  • 1 pepino mediano
  • 1 pimiento verde
  • 1/2 cebolla
  • 1 diente de ajo
  • 50 g de pan del día anterior
  • 50 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 20 ml de vinagre de Jerez
  • 200 ml de agua fría
  • Sal al gusto

Preparación:
Lavar y trocear los tomates, el pepino (pelado), el pimiento, la cebolla y el ajo. Remojar el pan en agua durante 5 minutos. En un vaso batidor, triturar todos los ingredientes junto con el aceite, el vinagre y la sal. Pasar por un colador para conseguir una textura más fina. Servir muy frío, adornado con trocitos de hortalizas o hierbas frescas.

Consejos:
Para intensificar el sabor, dejar reposar el gazpacho unas horas en la nevera antes de servirlo. La clave es usar tomates bien maduros, dulces y jugosos.

Receta del salmorejo cordobés

Ingredientes:

  • 1 kg de tomates maduros
  • 200 g de pan de telera cordobesa
  • 1 diente de ajo
  • 100 ml de aceite de oliva virgen extra
  • Sal al gusto
  • Huevos duros y jamón ibérico para decorar

Preparación:
Triturar los tomates con el ajo y la sal. Añadir el pan troceado y dejar que se empape. Batir de nuevo y emulsionar con el aceite. Servir frío, decorado con huevo duro picado y jamón.

Receta del gazpacho manchego

Ingredientes:

  • 500 g de carne de conejo o liebre
  • 150 g de tortas cenceñas
  • 1 pimiento rojo
  • 2 tomates maduros
  • 2 dientes de ajo
  • 1 hoja de laurel
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta

Preparación:
Sofreír la carne con el ajo y el pimiento troceado. Añadir el tomate rallado y rehogar. Cubrir con agua y añadir laurel. Cocinar a fuego lento unos 40 minutos. Incorporar las tortas cenceñas y cocer 10 minutos más. Rectificar de sal y servir caliente.

Análisis nutricional del gazpacho andaluz

Según la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (BEDCA), una ración de 250 ml de gazpacho andaluz aporta aproximadamente:

  • Calorías: 95 kcal
  • Proteínas: 2,1 g
  • Grasas: 6,7 g
  • Hidratos de carbono: 7,8 g
  • Fibra: 1,5 g

La combinación de verduras frescas y aceite de oliva convierte al gazpacho andaluz en un plato ligero y equilibrado, rico en vitaminas (A y C), minerales y antioxidantes, ideal para refrescarnos sin renunciar a la nutrición.

Conclusión: el gazpacho como espejo de la identidad española

Explorar los tipos de gazpacho en España es mucho más que aprender recetas: es descubrir cómo la cultura, el clima y la historia dialogan en cada cuenco. Desde el frescor andaluz hasta el calor de La Mancha, el gazpacho es una ventana a la diversidad y la creatividad de las cocinas regionales. Nos invita a viajar con el paladar y a compartir, alrededor de una mesa, la esencia de una tierra que no se cansa de reinventarse.

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<h1>Verano eterno, la ruta gastronómica del gazpacho</h1>
<p>En el corazón de la cultura gastronómica española late un plato humilde, sencillo y a la vez profundamente sofisticado: el gazpacho. Aunque para muchos sea sinónimo de una refrescante sopa de tomate en verano —es la forma de explicárselo a un inglés: <em>“tomato soup”—</em>, la realidad es que en España existen distintos tipos de gazpacho, cada uno con su propia historia, sabor y arraigo regional. Antes de sumergirnos en este universo culinario, exploramos cómo se transformó a lo largo de los siglos y cuáles son las versiones más tradicionales que podemos encontrar en distintas zonas de España.</p>



<h2 class="wp-block-heading">El origen milenario del gazpacho: historia, antropología y cultura</h2>



<p>Los orígenes del gazpacho se remontan a la época de Al-Ándalus, cuando las sopas frías comenzaron a tomar forma gracias a la mezcla de pan, ajo, aceite de oliva, vinagre y agua. Era un plato de campesinos y jornaleros, diseñado para soportar las inclemencias del clima andaluz y aprovechar los ingredientes más básicos de la despensa. Los historiadores gastronómicos coinciden en que el gazpacho es una de esas recetas que ilustran la evolución cultural y económica de un territorio: del alimento de subsistencia al icono de la cocina de autor.</p>



<p>A lo largo de los siglos, el gazpacho ha sido testigo de intercambios comerciales, de migraciones de sabor y de la llegada de nuevos ingredientes tras el descubrimiento de América. El tomate y el pimiento, originarios de América, transformaron radicalmente esta sopa fría, aportándole el vibrante color rojo que hoy asociamos de inmediato con la receta andaluza más famosa.</p>



<p>Sin embargo, el gazpacho no es un plato monolítico: existen múltiples interpretaciones y versiones regionales que, sin renunciar a su esencia, juegan con texturas, matices e incluso temperaturas. Lo que empezó como una comida sencilla de campesinos se ha convertido en un símbolo gastronómico que nos habla de paisajes, tradiciones y orgullo local.</p>



<h2 class="wp-block-heading">Gazpacho andaluz, la joya veraniega del sur</h2>



<p>Cuando pensamos en gazpacho, seguramente imaginamos la versión andaluza: una sopa fría, ligera y llena de color y frescor. En Sevilla, Córdoba o Cádiz, el gazpacho es sinónimo de verano, servido en tazas de barro o en cuencos de cristal. Lleva tomates maduros, pepino, pimiento verde, cebolla, ajo, pan del día anterior, aceite de oliva virgen extra, vinagre de Jerez y sal. Su textura suele ser líquida y suave, perfecta para refrescar el cuerpo y el espíritu durante los días de calor sofocante.</p>



<p>Curiosamente, los viejos agricultores andaluces preferían acompañarlo con un puñado de uvas o trozos de melón, añadiendo un toque dulce y jugoso que todavía hoy se recupera en restaurantes de autor.</p>



<figure class="wp-block-image size-large"><img loading="lazy" decoding="async" width="1200" height="800" src="https://geogastronomica.com/wp-content/uploads/2025/05/24852-1200x800.webp" alt="Imagen de Verano eterno, la ruta gastronómica del gazpacho" class="wp-image-6124" title="Imagen de Verano eterno, la ruta gastronómica del gazpacho 5" srcset="https://geogastronomica.com/wp-content/uploads/2025/05/24852-1200x800.webp 1200w, https://geogastronomica.com/wp-content/uploads/2025/05/24852-900x600.webp 900w, https://geogastronomica.com/wp-content/uploads/2025/05/24852-768x512.webp 768w, https://geogastronomica.com/wp-content/uploads/2025/05/24852.webp 1500w" sizes="auto, (max-width: 1200px) 100vw, 1200px" /><figcaption class="wp-element-caption">Gazpacho andaluz.</figcaption></figure>



<h2 class="wp-block-heading">Salmorejo: el primo cremoso de Córdoba</h2>



<p>El salmorejo es, sin duda, uno de los orgullos culinarios de Córdoba. Aunque a menudo se le asocia con el gazpacho, en realidad es más denso, más cremoso y más contundente. Se elabora con tomates maduros, pan de telera cordobesa (un pan con mucha miga), aceite de oliva virgen extra, ajo y sal. Se sirve bien frío y se corona con huevo duro picado y taquitos de jamón ibérico. Su textura es más parecida a una crema que a una sopa, pero mantiene ese sabor intenso y ligeramente ácido que hace del salmorejo un placer irresistible.</p>



<p>Lo que más sorprende a quienes lo prueban por primera vez es su profundidad de sabor y cómo logra saciar sin resultar pesado.</p>



<p>A modo de curiosidad, no podemos dejar de mencionar el salmorrejo aragonés (con dos erres), una receta totalmente distinta que no lleva tomate, sino que se basa en un guiso  con huevos escalfados, con espárragos blancos y con la compañía de diferentes tipos de carnes como cerdo, lomo o longaniza. Por no hablar de la variedad de salmorejos (con una erre) existentes en el resto del país.  </p>



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<h2 class="wp-block-heading">Gazpacho manchego: una sorpresa caliente y otoñal</h2>



<p>Al llegar a La Mancha, la palabra “gazpacho” adquiere otro significado. Aquí no hablamos de una sopa fría, sino de un plato caliente, perfecto para las noches frescas de la meseta. El gazpacho manchego es un guiso con carne de caza (conejo, liebre o perdiz) cocinado con pan ácimo troceado (las famosas “tortas cenceñas”), pimiento, tomate, ajo, laurel y hierbas aromáticas. El resultado es un plato que reconforta y evoca la vida rural y pastoril de esta región.</p>



<p>Se dice que el gazpacho manchego es una receta de trashumancia: los pastores la cocinaban con lo que tenían a mano, convirtiendo la dureza del entorno en un festín cálido y sabroso.</p>



<h2 class="wp-block-heading">Gazpacho extremeño: frescor con un toque picante</h2>



<p>En Extremadura, el gazpacho es tan refrescante como en Andalucía, pero suele incorporar más pimiento y ajo, con un toque ligeramente más picante. El gazpacho extremeño es también más espeso, ya que algunos hogares añaden más pan y optan por una textura más rústica. A menudo se aromatiza con comino o hierbas locales, recordándonos cómo cada zona adapta el gazpacho a su identidad y paisaje.</p>



<h2 class="wp-block-heading">Gazpacho jerezano: la huella del vinagre de Jerez</h2>



<p>El gazpacho que se disfruta en Jerez de la Frontera es, en esencia, el mismo gazpacho andaluz que encontramos en otras zonas de Andalucía, pero con una personalidad especial: el uso del vinagre de Jerez. Este vinagre, con su acidez elegante y profunda, aporta un toque distintivo al gazpacho local, resaltando los sabores de los tomates maduros y las hortalizas frescas.</p>



<p>Aunque a veces se escucha la idea de que el gazpacho se acompaña con un chorro de fino o manzanilla, en realidad la costumbre tradicional es diferente: en la mesa jerezana, el gazpacho suele servirse junto a una copa bien fría de fino o manzanilla como maridaje, pero no se añade directamente al plato. Esta combinación es un homenaje a la tierra vinícola que rodea Jerez y demuestra cómo el gazpacho y los vinos generosos dialogan en perfecta armonía.</p>



<h2 class="wp-block-heading">Recetas tradicionales: cómo preparar cada gazpacho en casa</h2>



<p>Para los que deseen viajar sin salir de la cocina, aquí compartimos las recetas más tradicionales, respetando los ingredientes y técnicas ancestrales. Todas están pensadas para 4 personas.</p>



<p><strong>Receta del gazpacho andaluz</strong></p>



<p>Ingredientes:</p>



<ul class="wp-block-list">
<li>1 kg de tomates maduros</li>



<li>1 pepino mediano</li>



<li>1 pimiento verde</li>



<li>1/2 cebolla</li>



<li>1 diente de ajo</li>



<li>50 g de pan del día anterior</li>



<li>50 ml de aceite de oliva virgen extra</li>



<li>20 ml de vinagre de Jerez</li>



<li>200 ml de agua fría</li>



<li>Sal al gusto</li>
</ul>



<p>Preparación:<br>Lavar y trocear los tomates, el pepino (pelado), el pimiento, la cebolla y el ajo. Remojar el pan en agua durante 5 minutos. En un vaso batidor, triturar todos los ingredientes junto con el aceite, el vinagre y la sal. Pasar por un colador para conseguir una textura más fina. Servir muy frío, adornado con trocitos de hortalizas o hierbas frescas.<br><br>Consejos:<br>Para intensificar el sabor, dejar reposar el gazpacho unas horas en la nevera antes de servirlo. La clave es usar tomates bien maduros, dulces y jugosos.</p>



<p><strong>Receta del salmorejo cordobés</strong></p>



<p>Ingredientes:</p>



<ul class="wp-block-list">
<li>1 kg de tomates maduros</li>



<li>200 g de pan de telera cordobesa</li>



<li>1 diente de ajo</li>



<li>100 ml de aceite de oliva virgen extra</li>



<li>Sal al gusto</li>



<li>Huevos duros y jamón ibérico para decorar</li>
</ul>



<p>Preparación:<br>Triturar los tomates con el ajo y la sal. Añadir el pan troceado y dejar que se empape. Batir de nuevo y emulsionar con el aceite. Servir frío, decorado con huevo duro picado y jamón.</p>



<p><strong>Receta del gazpacho manchego</strong></p>



<p>Ingredientes:</p>



<ul class="wp-block-list">
<li>500 g de carne de conejo o liebre</li>



<li>150 g de tortas cenceñas</li>



<li>1 pimiento rojo</li>



<li>2 tomates maduros</li>



<li>2 dientes de ajo</li>



<li>1 hoja de laurel</li>



<li>Aceite de oliva virgen extra</li>



<li>Sal y pimienta</li>
</ul>



<p>Preparación:<br>Sofreír la carne con el ajo y el pimiento troceado. Añadir el tomate rallado y rehogar. Cubrir con agua y añadir laurel. Cocinar a fuego lento unos 40 minutos. Incorporar las tortas cenceñas y cocer 10 minutos más. Rectificar de sal y servir caliente.<br></p>



<h2 class="wp-block-heading">Análisis nutricional del gazpacho andaluz</h2>



<p>Según la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (BEDCA), una ración de 250 ml de gazpacho andaluz aporta aproximadamente:</p>



<ul class="wp-block-list">
<li>Calorías: 95 kcal</li>



<li>Proteínas: 2,1 g</li>



<li>Grasas: 6,7 g</li>



<li>Hidratos de carbono: 7,8 g</li>



<li>Fibra: 1,5 g</li>
</ul>



<p>La combinación de verduras frescas y aceite de oliva convierte al gazpacho andaluz en un plato ligero y equilibrado, rico en vitaminas (A y C), minerales y antioxidantes, ideal para refrescarnos sin renunciar a la nutrición.</p>



<h2 class="wp-block-heading">Conclusión: el gazpacho como espejo de la identidad española</h2>



<p>Explorar los tipos de gazpacho en España es mucho más que aprender recetas: es descubrir cómo la cultura, el clima y la historia dialogan en cada cuenco. Desde el frescor andaluz hasta el calor de La Mancha, el gazpacho es una ventana a la diversidad y la creatividad de las cocinas regionales. Nos invita a viajar con el paladar y a compartir, alrededor de una mesa, la esencia de una tierra que no se cansa de reinventarse.</p>
<p>Este artículo fue publicado originalmente en <a href="https://geogastronomica.com/">GEOgastronómica</a>. Lea el <a href="https://geogastronomica.com/verano-eterno-la-ruta-gastronomica-del-gazpacho/">original</a>.</p></div>
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